"Fue aquella noche, la noche del segundo dí, cuando el horror más absoluto se abatió sobre mí y me oprimió el alma con un pánico tenebroso y sofocante del que ya nunca voy a poder librarme. Comenzó con una llamada telefónica y justo antes de media noche. Yo era el único que no se había acostado aún y, medio dormido, cogí el teléfono en la biblioteca. Parecía no haber nadie al otro lado de la línea, y a punto estaba de colgar e irme a la cama, cuando alcancé a oír un debilísimo hilillo de voz al otro lado de la línea. ¿Estaba alguien intentando hablar con gran dificultad? Presté atención, y creí oír una especie de sonido burbujeante, medio líquido, <<glub...glub...glub>>, que recordaba extrañas divisiones inarticuladas e ininteligibles de sílabas y palabras. <<¿Quién llama?>>, pregunté. De nuevo una sola respuesta: <<Glub-glub...,glub-glub>>." (Pág. 66-67)
El libro está compuesto por 4 historias independientes unidas por la misma temática, el miedo. Todos los relatos están ambientes en atmósfera y lugares irreales, con sucesos fantásticos, por lo que no representa un miedo con el que nos podamos encontrar a lo largo de nuestra vida, pero independientemente de la situación y todas las variantes posibles, el miedo sigue siendo miedo, y la forma en la que nos afecta, siendo la misma.
A lo largo de los 4 cuentos, podemos observar a distintas personas, en condiciones dispares y como se afronta cada una a sus miedos. El libro refleja muy bien las sensaciones ante una escena de miedo, y como, en cierto modo, nos afectaría a todos igual. La gestión de ello es algo bastante complejo y difícil de controlar, pero que finalmente nos reduce a las personas a lo mismo, dándonos unidad, porque, quien no gritaría?, quién no patalearía? quién no intentaría escapar ante una situación de terror? Eso mismo le pasa a Birch y así se comporta mientras un cadáver le agarra del pie (Pág. 15-17), y llega hasta a desmayarse. Puede que nunca nos lo mismo que a él, ya que es un hecho imposible en la vida real, pero aunque lo ejemplifique con casos imaginarios, para darle gravedad a los acontecimientos, hay muchos otros motivos por los que acabar así, distintos según la persona.
Dentro de la vida real, también imaginamos y fantaseamos con situaciones remotas, buenas o malos. Pero en el caso de los sueños y las pesadillas son incontrolables. En la página 17, nos habla de la relación del miedo en la vida real y el miedo en las pesadillas, comparándolos entre sí, y se da cuenta de que las reacciones son iguales, ya que los sueños no son más que simulaciones en nuestra cabeza, de cierto modo nos preparan para cuando lo experimentemos realmente, por lo que es el mismo sentimiento en la misma persona y por lo tanto la misma manera de actuar.
Los sentimientos son incontrolables, o por lo menos muy difíciles de controlar, ya sean buenos o malos, y el terror como parte de ellos también, en la página 15 nos habla de ese intento de liberación y la imposibilidad de ello. En esta misma página resalta además la abstracción de este e intenta describirlo, en mi opinión es una muy buena metáfora el compararlo con un abrazo, uno que te mantiene cautivo y que te infringe dolor, que no solo tiene porque ser físico.
LOVECRAFT, H. P., 2017, Relatos espectrales, Vicens Vives, Barcelona
Comentarios
Publicar un comentario