Con paso del tiempo, solo queda echar de menos I


Diciembre 2020


Aparecieron unas escaleras, había pasado por delante de ellas numerosas veces pero nunca las había visto, estaban escondidas y eran bien discretas, pero resultaron estar bastante transitadas, ahora más. Es diciembre, las horas de luz son reducidas, por lo que se encienden antes las farolas. Desde las escaleras se ve la ría, y las farolas del otros como preciosas lucecitas. Mirar las lucecitas se podría considerar mi único y más pasional hobbie. Es el mes de la navidad y daría igual que se apagaran las luces porque aquellas escaleras desprendían electricidad (Tiroteo Remix de Marc Seguí, Pol Granch y Rauw Alejandro). 


Esas escaleras se han vuelto imprescindibles, estoy deseando que llegue el fin de semana para poder volver a ir. 


Jueves, 22 de abril


Las escaleras ya no son lo que fueron. Realmente ya hacía tiempo que no, el mismo que hacía ya que no iba, pero volví a ir. Decidí ir yo sola, no fue mi mejor decisión.


Llevamos ya un mes de primavera, lo que significa que las calles ya se empiezan a llenar de gente por el buen tiempo. Hoy hacía buen día, las temperaturas eran un poco bajas pero el cielo estaba despejado. Aún así no había nadie, no había nadie en las escaleras. Nadie tampoco pasó por allí durante el tiempo que estuve, que fue bastante poco, ni nadie esperaba allí.


Echar de menos puede llegar a suponer un gran problema, pero aunque nadie me esperase en las escaleras si había alguien esperándome por el camino y delante de la gente no se llora, así que a seguir cantando, Hasta que dios diga de Bad Bunny y Anuel.

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